jueves, 30 de diciembre de 2010

Otra vez NO!! (reflejo del mayor sueño de mi vida)

Creo que voy a olvidarme de poner el despertador, porque al fin y al cabo, nunca me despierto con él.

Hace ya tres semanas que Joel llegó a casa. Desde entonces, no hay noche en la que sus cánticos no me despierten. Estoy muy contento de su llegada, es más, me hubiese gustado estar presente en el momento en el que se inmiscuyó en mi vida, pero por motivos lógicos, la madre no quiso que yo tuviera esa oportunidad de verla desnuda.

Ahora no soy capaz de dormir, o mejor dicho, el condenado niño no sabe más que dormir, mear y cagar, con lo cual me paso las horas cambiando pañales y haciendo biberones. Dentro de unos meses creo que el que va a terminar aficionado al chupete voy a ser yo de tanto probar el biberón para ver si la leche no está demasiado caliente.

Lo mío me ha costado llegar a esta situación. Estuve unos años trabajando y ahorrando para poder alquilar un vientre en el que hacer realidad mi sueño. Ya tengo los 30, y aunque no tengo muy claro que la sociedad haya cambiado lo suficiente, no podía esperar más a hacer mi sueño realidad.

En mi casa las cosas fueron más difíciles. Puesto que si ya hubiese sido mal visto en mi entorno conservador la existencia de una madre soltera, ni me imagino como habrá podido sentar en los rincones más conservadores que yo, haya decidido dar éste paso.

Creo que hay parte de mi familia que no sabe que soy homosexual, en verdad los que me importan son mis padres y hermanos. Lo suyo costó hacérselo saber, o mejor dicho, explicarles que no me siento atraído por las mujeres. Supongo que todo el mundo dirá lo mismo, pero en mi caso, fue mi padre el que se sintió decepcionado conmigo. Más raro les resultó entender que no concibo mi vida al lado de una persona, y que mi sueño en vez de un novio era tener al menos un hijo. Cuando les conté mi decisión, me tacharon de loco. Estoy de acuerdo que no hay muchos hombres que tengan tan desarrollado el instinto paternal como para llevar a cabo esta locura, pero yo tengo claro que a mis hijos no les faltará NADA DE NADA. Cierto es que tengo el temor (al igual que tendrá una madre soltera) de que mi hijo eché en falta una figura materna. No porque yo no le vaya a dar todo el amor del mundo, sino porque creo que hay momentos en los que es importante una madre y en otros un padre.

No sé el día de mañana en qué se convertirá este mico. Ahora es un muñequito al que me da miedo incluso acunar, porque no quiero hacerle daño. Mi madre me ha enseñado ya mil veces a cogerlo, pero reconozco que hay veces que cuando llora, no sé qué le pasa y me supera la situación.

El otro día lo saqué de casa por primera vez. Yo quería haberle comprado una sillita de las espaciales, no porque mi niño fuese a ir más cómodo, que lo dudo, si no para que todo el mundo viese lo guapo que me ha salido. Estoy seguro que va a ser el terror de las nenas, o bueno, de los nenes, él sabrá lo que le interesa.

He tenido que contratar una niñera, porque con el trabajo me era imposible hacerme cargo de él al cien por cien y siempre he tenido claro, que el padre soy yo, que mis padres no tienen por qué cargar con él todo el tiempo. Ellos están para malcriarlo los domingos cuando vamos de visita.

Ahora que se acercan estas fechas, creo que estoy yo más ilusionado que el pobriño. Normal, no se entera de nada, pero en unos años, seguiremos con toda la ilusión que nunca hemos perdido, y pondremos juntos el agua para los camellos, así como una botellita de champagne para sus majestades. Estoy contento de que al final fuese niño, porque la verdad, no me veía yo con “Lucía” jugando a las princesitas…En cambio, vamos a disfrutar de lo lindo los dos con las pistolas y todas las burradas que siempre he necesitado pocas excusas para hacer.

Sólo tengo dos temores. Uno, que en el colegio los niños lo traten mal por culpa de mi situación, y dos, que crezca tan rápido como me dicen mis padres, y que en dos días ya estemos pegándonos por la hora de llegada un fin de semana.

Bueno, parece que por fin se ha dormido otro poco, voy a intentar echarme una siesta, porque fijo que más no me va a dejar. Doy gracias a las cremas anti-ojeras, no sé qué haría sin ellas!!

Te odio!!

Pero te odio porque te quiero, y creo que nunca llegarás a ser indiferente para mí. Ya no sé qué hacer, me estoy volviendo desquiciado, porque soy incapaz de olvidarte. El tiempo cura las heridas, cierto, pero ese mismo tiempo, crea falsos ídolos en mi cabeza. Y lo que es peor, falsos ídolos en mi corazón.

En breve hará un año que me rompiste el corazón. Ese corazón que poco a poco se ha reconstruido, pero en el que hay cicatrices que jamás desaparecerán. Me di en cuerpo y alma a ti, disfruté y sufrí como en mi vida, pero al final, nuestros caminos se separaron. Fuiste tú quien abrió la caja de pandora, tú quien tuvo el valor de marchar, y desgraciadamente tú, él que me quitó mi virginal concepto del amor verdadero.

Nadie antes tuvo ese poder en mí. Y nadie a partir de ahora lo volverá a tener. Es de cobardes anclarse en el pasado, pero en el nivel afectivo, esta batalla me hizo levantar la bandera blanca y dar la guerra por perdida.
Cierto que me gusta saber de ti, cierto que confío en ti, pero también es cierto que me engaño a mi mismo diciéndome que perdí al hombre de mi vida. Por dos razones fundamentales, una, porque en el fondo de mi corazón creo que no lo eras, y dos, porque nunca te tuve.

Estoy cansado de sentirme mal, cansado de tener miedo a verte con otros, aun a sabiendas que ya has tenido inquilinos en tu cama y supongo que en tu corazón.
No sé qué es lo que hay en mi cabeza. Estoy totalmente perdido. Una nueva aventura debía comenzar en el 2011 para mi, mi primer empleo, en la ciudad que siempre consideré como la ciudad de mis sueños…

Ya no sé qué hacer. Creo que no voy a ser capaz de verte como uno más, no por el hecho de que me duela verte con otros, sino por el hecho de que jamás seré para ti ni la mitad de importante de lo que tú eres todavía para mí. Mi vida estaba a tú alrededor, o al menos, mi vida en ese país. Quizás esté llegando el momento de volver a huir. De volver a buscar un nuevo lugar donde comenzar otra falsa vida.
Me miento a mi mismo cada noche. Pienso que algún día alguien más aparecerá en mi cama para abrazarme y darme aquellos besos que me fueron negados. Todas las noches me quedo despierto hasta altas horas de la madrugada preguntándome qué defecto insalvable tengo para que las personas que elijo sean incapaces de quererme. Me planteé que me gustan los discapacitados sentimentales, pero eso no es una excusa para la angustia que me abraza desde hace ya muchos meses.

No tengo miedo a la soledad, pero tampoco sé disfrutarla. Mi cabeza es un hervidero de pensamientos, de conjeturas, de cábalas normalmente pesimistas que me impiden vivir mi vida, o en su defecto, de tener el coraje de vivir la vida que sueño.
Cada noche me despierto y pienso en ti, en los sentimientos que expresaban mis facciones cuando me abrazabas, en el falso cariño que pensé que recibía de tu parte. Al pasearme por mi casa, recuerdo los momentos íntimos que pasamos en las diferentes habitaciones, teniendo claro lo sumiso y arrastrado que me comporté en una supuesta relación de igual a igual.

Ya no sé qué hacer. Me prometí que si llegaba en malas condiciones al final de este año, pensaría seriamente en cómo afrontar la situación. No disfrute del día de mis 25años, pero por mis problemas “imaginados”. No tengo claro si un psicólogo podría ayudarme, tampoco el cariño de los míos. Y lo peor de todo es que sé que me lo busqué, por idealizar falsos dioses, y por seguir reprochándome el ser homosexual para no tener confianza en mí mismo. Soy INCAPAZ de valorar las metas que voy obteniendo con esfuerzo, infravalorando los resultados. Ambición, a veces considerada como cualidad, pero en mi caso sinónimo de perdición.

lunes, 3 de mayo de 2010

La balsa


Qué significan unas lágrimas más, después de todo lo llorado: Qué daño pueden hacer, si ya no queda nada dentro. Como van a sanar algo que está muerto. Como van a conseguir llevar la tranquilidad, si el tiempo se ha llevado la esperanza.

Un año hace ya. Un año que la pesadilla llegó a su vida. Un año en el que muchas cosas pasaron alrededor de una insignificante persona, llevándola a un pozo sin fondo, del que por mucho que intenta salir, sigue viéndolo muy profundo.
Angustia, miedo, desilusión, sueños rotos, desesperanza, frustración, ansias de huir, de gritar, de desaparecer.

El dolor sigue por sus venas, con la forma de espinas. Cada latido del corazón lleva consigo la propulsión de unas cuantas espinas que se clavan a lo ancho y largo de su cuerpo. Se prometió que no dejaría a un lado el dolor. Creyó que el sueño pronto lo sumergiría en un estado de semi-inconsciencia en el que ya no sentiría ni las punzadas, ni los desgarros.

No tiene ninguna medicina a mano, ni siquiera unos brazos que lo consuelen, está solo, perdido. Los días van pasando y el dolor no va disminuyendo. Se certifica cada noche cuando se despierta a las 4. Sudores fríos y taquicardias despiertan a su lado, pero siempre con la cama vacía.

De qué sirve buscar lo que no existe, de qué sirve enfrentarse a muros de 5 metros, si en la posible caída no va a estar nadie para salvarlo. Ha perdido amigos por el camino, reconoce que tanto dolor no ha sido fácil de soportar por sus allegados, puesto que durante la posesión a la que se vio sometido, ha soltado veneno en todas las direcciones, minando la confianza de aquellos que defendían con uñas y dientes el honor de este guerrero venido a menos.

La noche calma su sed, o mejor dicho, el alcohol ahoga sus pensamientos. Pero cuando el sol vuelve a salir por el horizonte, se despierta con la esperanza de que todo haya sido un sueño, de que a su lado este la persona que lo acuna, que le hace tener ganas de levantarse y comerse el mundo.

No está!!! Ni volverá a estar. Todo acabó. Se esfumó.

No hay posibilidad de que llegue otra persona, porque todavía no ha pasado el periodo de duelo. Prefiere ocupar su cabeza con planes imaginarios en los que se ve feliz. Prefiere anteponer la felicidad de los otros a la suya, puesto que ha llegado a la conclusión de que viendo la sonrisa de los suyos, el sol sale en su mente, ocultando el eclipse que lo ciega.

Lo pocos amigos que le quedan, prohíben la mención del innombrable. La cura es sencilla, dejar el tiempo pasar, pero el tiempo sin distancia no pasa a la misma velocidad. Los lazos de unión han de debilitarse para poder romperlos, de nada sirve dar un tirón fuerte, al poco tiempo volverá a su forma habitual.

Le animaron a arriesgarse, y lo hizo en pos de su seguridad. La lluvia trajo como resultado la destrucción de la balsa que debía transportarlo a la otra orilla. De nuevo esta recolectando el material necesario para intentar cruzar otra vez. Porque tiene clara una cosa, quizás no sea hoy, incluso posiblemente ni dentro de un mes, pero este rio, ni con su corriente adversa ni con ayuda de la climatología inversa, van a conseguir que desista de la idea de volver a la otra orilla de la que nunca debió salir sin dejar un cabo de seguridad amarrado. Esa orilla donde sus amigos lo esperan para disfrutar de él. Y donde por fin podrá volver a buscar eso que perdió:

Su sueño de ser feliz al lado de alguien.

martes, 27 de abril de 2010

Crossroads


Qué es lo que puedes hacer cuando te encuentras en una encrucijada? Como afrontar realidades paralelas? Como encontrar la solución acertada, para no tener que dar marcha atrás a posteriori…

Son muchas preguntas las que vienen a mi cabeza en estos momentos. Muchas dudas que incluso afectan a mi futuro más próximo. El dinero no da la felicidad, pero ayuda y mucho, sobre todo cuando ves que necesitas desconectar, desaparecer, volverte invisible en los brazos de esas personas que te curan solo con escucharte. Ya no tengo ganas de llorar, el tiempo ha pasado, la rabia se apodero de mi cuerpo por unos días y trajo consigo la destrucción de recuerdos físicos. Un error que debo a la inconsciencia, puesto que físicamente esos recuerdos no están, pero en mi cabeza están instalados en un rincón especial, y sobretodo inolvidable.

Y si?…no paro de hacer conjeturas. Estoy cansado de crear mi cuento particular de la lechera, cansado de buscar el apoyo en personas que ni tan siquiera recuerdan mi nombre o mi apellido. Sobre todo porque al final el único decepcionado soy yo.

Los días comienzan a ser más largos, incluso hace bueno en esta ciudad de las luces, pero bien sea por la escasez de dinero o bien por la falta de conocidos, las 4 paredes se convierten en mis confidentes. Al llegar a “mi casa”, ya no tengo ni ganas de ponerme delante del ordenador, las grandes jornadas en el trabajo enfrente del mismo, me quitan toda ilusión por encontrar a mis amigos en la noche. El hecho de madrugar salvajemente y sobretodo no nutrirme ni la mitad de lo debido, hacen que el interruptor OFF de mi organismo se active cada vez más pronto. Pero todo me da igual.

La brújula sigue estropeada, mi norte no sé ni donde se encuentra, porque lo único que me guía es la necesidad de unos brazos que me abracen en la noche y me reconforten cuando a las 4 de la mañana me despierte con la misma pesadilla.

Es curioso sentirte más solo en una metrópolis que en un pueblo, es insólito en mí el tener miedo a ser conocido, el tener miedo a ser tratado de inferior una vez más. Sirve de algo querer coger el toro por los cuernos? Sirve de algo afrontar un día más con la sonrisa en la cara? Al fin y al cabo, todo va a suceder igual, los días pasan rápido, y no soy capaz de encontrar la motivación para disfrutarlos como se merecen.

No estoy triste, simplemente perdido. Con ganas de comerme el mundo, pero con la certeza de no tener en estos momentos las herramientas necesarias. Vagabundear por las oscuras y quizás peligrosas noches de Paris no es lo más recomendable, pero la adrenalina que corre por mis venas cuando veo a alguien “peligroso” que pasa cerca de mí, me hace sentirme vivo. Muchas veces me pregunto si la gente que comparte vagón conmigo estará tan vacía por dentro como aparentan. A veces tengo la certeza de que los mas ignorantes son los más felices, y que los que mucho esperamos, todo perdemos en la espera.

Necesito hablar, necesito expresarme, necesito el tener una casa amiga en la que refugiarme, un compañer@ de películas, alguien con quien dar un paseo los días que haga bueno. En fin, necesito cambiar las canciones de mi Ipod, puesto que he llegado a un nivel que hasta en modo aleatorio sé la canción que va a seguir.

Y justo delante, se acerca la encrucijada, una decisión simple, rápida, pero al mismo tiempo dolorosa. Qué hacer, tener en cuenta el pasado, continuar por el camino natural, o arriesgarse y buscar experiencias nuevas…

miércoles, 21 de abril de 2010

De la forma más natural

Lo días pasan, los meses pasan, incluso los años pasan. El tiempo es nuestro enemigo infranqueable. Por mucho que nos empeñemos en esquivarlo, lo único que podemos hacer en su contra es disfrutar del dicho « carpe diem ».

Mucho tiempo ha pasado ya. Más de tres años de luchas interiores, mas de tres años preguntándome la razón de dicho castigo. Muchos ríos de tinta han corrido, expresando todo mi desasosiego. Ríos de tinta acompañados evidentemente por lágrimas y noches sin dormir.

No puedo especificar un día concreto en el que algo cambiara en mi interior, desde la distancia que me otorga el tiempo, creo ciertamente que fue así desde el principio, desde MI principio. Simplemente un día, mi subconsciente dejo de engañarme con falsas promesas de amor eterno, y me mostro la realidad. Esa realidad que ha marcado estos últimos años de mi vida. Es extraño de decir, pero ahora dentro de mi escepticismo, ya no considero que sea un castigo, sino más bien una característica más que junto con cualidades y defectos dan como resultado la persona que soy.

Creo estar en un momento clave de mi vida. Sinceramente, creo estarlo por el hecho de que nunca antes me había encontrado tan perdido. La brújula que me indicaba el camino, debe de estar averiada, porque mi norte varía en función de los latidos de mi corazón. Me consideraba una persona racional dentro de mi inquietud, pero estos tres años me han demostrado que soy más visceral de lo que cabía imaginar. Estoy en un enclave a nivel general. En cuanto a lo profesional, no sé qué camino escoger, o mejor dicho, ni tan siquiera sé en que país quiero buscar dicho camino. Quizás me nuble la vista la inseguridad que siento en esta ciudad al tener cerca mi vida pasada. En lo personal, qué decir…he luchado mucho por obtener lo que en tantas películas he visto. Me he aferrado con uñas y dientes a realidades ficticias e ilusiones infantiles, he librado batallas que siempre he perdido, por el simple hecho de no haber sabido prepararme para el asalto final.

Fácil sería decir que quiero cambiar, simple a decir que el amor no existe. Podría seguramente disfrutar de la locura de estos últimos años de juventud, podría incluso buscar un compañero semanal que calmase mis pesadillas nocturnas y me hiciese sentir deseado. Podría dejarme embaucar por una vida hedonista. Podría…pero ese no sería yo.

De cara a la galería sonrió, a veces hasta sin sentido. De puertas para a dentro, la situación varía como la marea. No pretendo engañar a nadie, en tal caso a mí mismo, pero aquellos sueños que tenia de pequeño ya los adapté a mi realidad. Y será de ilusos, pero tengo intención de perseguirlos aunque para ello tenga que librar muchas batallas y derramar muchas lágrimas de tristeza.

Estoy cansado del dicho « quien no arriesga, no gana », cansado de aplicarle mi toque pesimista personal de « quien no arriesga, no pierde ». Muchos pegarían por tener la suerte que he tenido yo en el terreno profesional, otros como yo, se lamentan preguntándose si merece la pena tanto esfuerzo, para después llegar a casa y estar solo. Craso error. Puesto que al llegar a casa, aunque no haya más personas, tengo una ventana con el mundo exterior, con MI mundo. Ese mundo que vuelve a hacer latir mi Corazón después de unos cuantos meses de cuidados intensivos. Un corazón que siempre guardara las cicatrices pasadas, pero que bombea la sangre con la misma intensidad que antes de los asaltos perdidos.

Los comienzos nunca fueron fáciles, y estoy precisamente en el comienzo de mi vida laboral. Hace apenas un mes que desembarqué en esta nueva aventura. Sin embargo, mis ganas de comerme el mundo y demostrar que merezco la pena se están viniendo abajo debido al típico refrán español de « vuelva usted mañana ». Solo hay un remedio:

Tiempo al tiempo, todo termina llegando de la forma más natural.

jueves, 8 de abril de 2010

Te quiero!


Rara forma de empezar, sobre todo por lo que implica. Pero es realmente cierto. Sé que he hecho muchas cosas mal, incluso sé que soy cansino, con un tema en concreto (mejor no lo nombro vale??) pero desde que aquella conejita me hiciera fijarme en ti, Lana si no recuerdo mal, se creó un vínculo entre nosotros que no soy capaz de superar, sobretodo porque no quiero.

Es cierto que nuestras vidas en poco o nada se parecen, o por lo menos a simple vista, puesto que ambos sabemos que de una manera extraña nuestros destinos están unidos. Si a ti te pasa algo negativo, a mi me termina pasando antes de que acabe el día, y por supuesto nos pasa lo mismo en el sentido positivo.

Claro, que tenemos que hacer la excepción en lo relativo a amores, puesto que si bien es cierto que no podemos compararnos físicamente, tú te los llevas de calle, y yo más bien termino siempre atropellado. Desde el día que te conocí siempre te dije que esos ojos llevaran a muchos a la perdición, y hasta el momento, creo que no puedes quejarte.

Hoy, « duro » día de trabajo, me he puesto a recordar cosas, sobre todo a ver las fotos de cuando nos conocimos, el miedo que tuve en aquel tren a parecerte un chico idiota, a que no nos lleváramos tan bien en persona como a través de la pantalla. Recuerdo nuestra gran pelea, porque yo no quería ir a la fiesta de tu familia, sino intentar conocer a aquel chico que como de costumbre solo buscaba reírse un poco de mi.

Recuerdo el mercado medieval, y las risas con tu amiga la fan de RBD. Por supuesto, con las fotos de nuestra pedazo comida (o mejor dicho entripada) en Laxe, se me ha abierto el apetito. En verdad, a tu familia no la he visto mucho, pero sinceramente, tengo muchas ganas de volver a verlos. Me reí también mucho cuando tus padres se disfrazaron de hippies. En fin, que no te imaginas los buenos recuerdos que tengo de mi primera escapada a la locura. Creo que ahí fue la primera vez que fui « gay » sin consecuencias negativas. Y todo te lo debo a ti, porque me trataste como si fuera normal, craso error, puesto que mi orientación sexual no será extraña, pero yo…un rato largo.

Las cosas han cambiado mucho, yo he cambiado mucho, y me supongo que tu también. A veces pienso que si me ves aquí en mi “salsa” te avergonzarías de mí, puesto que tantas aventuras y locuras de la mano principalmente de Julia, están provocando que mi sentido del ridículo desaparezca.

Ojala vinieras a verme, ojala encontrara la manera de irme un fin de semana a tu tierra. Ojala…porque sé que cuando yo puedo ir a verte, tu trabajas, y viceversa. Estoy cansado de tenerte en la distancia, cansado de no poder hablar contigo, cansado de no saber los puntos y comas del relato de tu vida. Pero me conformo pensando en todos los buenos momentos que hemos pasado juntos, incluso todas nuestras disputas me han hecho reír, porque es cierto que a cabezones no nos gana nadie.

Los días pasan y sigo sin poder conversar contigo como me gustaría. Sé que no quieres oírlo, pero sigo sin estar en la cumbre. Sé que estas cansada de mis quejas, y sé que en el fondo me comprendes, porque tu tampoco estas bien, pero lejos de querer contarte mis penas, necesito tu apoyo para seguir adelante, necesito al menos el oír tu voz, el sentirme comprendido, y ahí, ahí solo estas tu.

martes, 6 de abril de 2010

Solamente un número más


Hacía ya varias noches que no lograba conciliar el sueño. O mejor dicho, si lo conciliaba, pero en un momento determinado, a las 4 de la mañana, sin saber exactamente por qué, Loïc se despertaba sobresaltado con una simple palabra en la boca NUMERO.

Noche tras noche intentaba comprender qué quería decir con esa palabra, puesto que aunque se despertase sobresaltado, no conseguía nunca recordar a que venía. Incluso se sentaba en la cama, con los pies cruzados y la luz de la mesilla de noche encendida, para intentar descifrar dicho enigma.

No era la mejor época para él, en los estudios, dentro de que no le iba mal, el mismo se daba cuenta de que no se estaba esforzando lo suficiente, porque no encontraba la estimulación necesaria. No estaba en su ciudad, sus estudios lo llevaron por varias ciudades, hasta terminar convirtiéndolo en un cosmopolita sin dirección fija. Cada vez sentía menos apego a la ciudad que lo vio nacer, y por lo tanto, cada vez volvía menos, lo cual traía por el camino de la amargura a sus abuelas, puesto que aunque recibían dosis de información bastante a menudo, les faltaba la comprobación personal.

En cuanto a las relaciones con sus padres, pues la verdad es que dentro de que les estaba agradecido porque le pagaban los estudios que el quería, no tenia mayor relación con ellos que la estricta padre-hijo. Loïc hubiera deseado continuar siendo por siempre aquel niño travieso que tan cercano era a su padre, porque le hubiera gustado poder contarle su pesadilla. La situación no era grave ni terminal, simplemente, que estaba cansado de no conseguir descansar. Después del sofocón diario, no era capaz de retomar el sueño hasta una hora después, pues siempre intentaba hacer sus cábalas sobre el motivo de dicha palabra.

Dentro de escepticismo, hizo caso a uno de sus amigos que le propuso ir a una vidente, para que le diera alguna respuesta. Es estudiante, así que la única opción disponible era aquella señora que iba cada semana al bar de mala muerte de la periferia de la ciudad. Por el precio de una copa, te permitía hacerla dos preguntas. El día de ir llego, y con él la respuesta tan ansiada. Como de costumbre con estas cosas, la respuesta no fue esclarecedora, puesto que le genero unas cuantas otras nuevas en la cabeza.

La bruja le dijo lo siguiente: « Cuanto te despiertas diciendo numero, en realidad piensas en una cifra, por lo que veo cada día diferente y sin seguir ningún orden lógico, pero siempre asociada a ti » Tras esta respuesta Loïc tuvo clara la segunda y última pregunta. « Como puedo conseguir deshacerme de esta pesadilla? ». Esta vez, la respuesta fue más aclaratoria, la bruja le dijo que cada noche había un número, pero que por lo que ella veía cada noche había un chico diferente. Estas palabras hicieron venir a la cabeza la imagen de 10 chicos a los que conocía por haber sentido interés por ellos, pero que ahora tenía claro que habían aparecido en sus sueños.

De entre todos, solo había uno al que reconocía bien, su ex-novio, con el que después de mucho esfuerzo había conseguido tener una « amistad ». Precisamente el destino hizo que esa persona, fuese el amigo que le había propuesto el ir a la vidente. Sin dudarlo apenas un segundo, según salió del bar, llamo a Romain para preguntarle donde estaba. Siendo jueves, le extraño que estuviera en casa, pero sin dudarlo decidió presentarse en su casa. Aquella casa que volvería a visitar por primera vez después de haber terminado la relación. Ya no sentía nada por Romain, así que pensó que no habría ningún problema.
Cuando llego a casa de Romain, fueron directos a su cuarto, ya que en el salón estaban los compañeros de piso viendo el partido de futbol, y Romain estaba intrigado con las respuestas que su amigo había obtenido de la bruja. Después de toda la historia, Loïc aprovecho para pedir el libro que le dejo en su día, y que antes por vergüenza no había tenido el valor de pedírselo. Romain sin dudarlo, fue a buscarlo al tercer cajón de su mesa, donde lo metió el día que deicidio terminar la relación.

Fruto del azar, del destino, o quizás de la mala suerte, con el libro salto una hoja, que fue a parar a los pies de Loïc. Cuando fue a devolvérsela, no pudo evitar leer algunas líneas, y lo único que veía era una lista de nombres. De nombres masculinos, y él aparecía en dicha lista. El también tenía un número, era de los últimos.

En ese momento y sin que su ahora-amigo entendiera nada, Loïc salió sin decir adiós de la casa, con la respuesta a su pesadilla.

Llevaba ya tiempo que en el terreno amoroso no hacia más que dar tumbos, era una persona que necesitaba un novio, un apoyo estable, pero había dejado de creer que lo encontraría, después de algunas batallas perdidas. Sin embargo, lo que acababa de descubrir, había dado sentido a sus pesadillas. El, él era simplemente un numero mas para los chicos que significaron algo para él. Un numero más en la lista de conquistas, que lo único que hacía era minar mas la su tan ya menguada autoestima.

Lejos de amilanarse, y de irse a su casa a comerse la cabeza, Loïc decidió cambiar el cristal con el que miraba la pesadilla, para darse cuenta de que al final, todos tenemos una lista con nombres. Nombres de personas que han pasado por nuestra vida, y que para bien o para mal, nos han aportado algo. Intento hacer mentalmente « su » lista, pero termino bastante rápido.

Lo que comprendió es que la vida tiene muchos puntos de vista diferentes. Para él cada uno de los chicos con los que estuvo, significo una cosa para él, e imprimió una marca ilegible en él. Para otros, él no fue más que « otro mas » en la lista. Lejos de enfadarse o deprimirse, se sintió orgulloso de sí mismo, orgulloso de sus errores, de sus fracasos, puesto que gracias a ellos, él era ahora mismo esa persona. Quizás no espectacular, pero con amig@s fieles en los que apoyarse cuando la lotería de la vida le de otro número.

sábado, 3 de abril de 2010

Living in wonderland


No, otra vez lunes! Ya está sonando de nuevo el despertador…por suerte no es el mío, es el de Matt, que rápidamente se despereza y me da un beso de buenos días. Él sabe perfectamente que yo tengo todavía quince minutos más antes de levantarme y comenzar mi jornada, pero le encanta hacerme rabiar y despertarme con mimos.

Esta semana se cumple un mes desde que comenzáramos a vivir juntos. Ya llevábamos varios meses buscando un apartamento, puesto que ambos compartíamos piso, y desde los 2 últimos meses, lo único que hacíamos era dormir juntos, o bien en su casa o en la mía. Estoy súper contento de haber empezado esta nueva etapa. Es la primera vez que siento tener a alguien verdaderamente importante en mi vida. No tanto por el físico (que sin ansias de ser prepotente, está bastante bien), sino por su manera de comprendernos. Este último mes, no ha sido tan idílico como se suponía, debido a que cuando decidimos irnos a vivir juntos, yo me impuse el objetivo de decirlo en casa. Matt no me presiono para nada en mi decisión, puesto que el, dentro de su familia, ya hacia años que habían asumido con normalidad su sexualidad.

En mi caso, la verdad es que a mi madre poco la falto para decirme el típico « ya lo sabía », y dentro de que se llevo una decepción al saberlo, me dio un abrazo que no olvidaré. Con mis hermanos, la verdad es que tuve el apoyo de los dos, desde la distancia, ya que no es que seamos precisamente uña y carne, siempre fui el mas despegado en ese aspecto. Caso aparte fue mi padre. Ya suponía que seria así, ya suponía que se pondría como una furia y comenzaría a soltar improperios por su boca. Desde entonces no he cruzado palabra con él, sé que todavía necesita más tiempo para darse cuenta de que el sexo de la persona que me hace feliz no influye en el hecho de que sigo siendo su hijo y me quiere. Supongo que todavía tendrá que pasar un tiempo más, pero ahora, ahora tengo el apoyo de mi novio. Siempre había dicho que para tener el valor de afrontar mi realidad, necesitaba un apoyo al que agarrarme en las curvas. Este apoyo siempre han sido mis padres, pero en esta aventura, eran precisamente ellos los causantes del terremoto y necesitaba sentirme reconfortado de una manera que desgraciadamente mis amigos no podían suplir.

Este fin de semana, Matt me ha dicho que vamos a hacer algo especial, que prepare mi maleta, pero que no me va a decir a donde vamos a ir. Estoy nervioso, y estamos solo a lunes, pero me hace tanta ilusión que ya empiezo a ponerlo histérico con tantas preguntas intentando adivinar el destino. Con tantos gastos de cambio de casa, la verdad es que hacía tiempo que no salíamos ni siquiera a cenar, así que esta ocasión especial seria el punto de inflexión para volver a la vida social.

Como buen francés que se precie, Matt ya está pensando en cuando hacer la « cremallière » de nuestro apartamento. Yo la verdad es que no tengo demasiadas ganas, porque me conozco, y sé que terminaré bebiendo más de lo políticamente correcto, y no soy nada fanático de despertarme un domingo tras una noche de fiesta y tener la casa patas arriba. Aun con eso, no tengo derecho a voto, ya me ha dicho que vamos a hacerlo SI o SI. Y como bien sabe él, soy incapaz de decirle que no a nada.

Dentro de unos meses, por mi cumpleaños, ya hemos comprado los billetes para ir a España, será la primera vez que vayamos juntos, y aunque de momento no se si iremos a mi ciudad para ver a mis padres, está claro que le presentare a mis amigos. Va a ser gracioso ver a éste hablando lo poco de español que he conseguido enseñarle. Pero con su sonrisa fijo que termina metiéndose en el saco a todo el mundo. Este año va a ser especial, cierto que cumplo los malditos 25, el cuarto de siglo, pero también cierto que será la primera vez que pasaré mi aniversario con pareja.

viernes, 2 de abril de 2010

Diario de un suicida


Ya está casi todo preparado. Hace semanas que estoy buscando todo lo necesario para llevarlo a cabo, pero siempre me queda la duda de si al final tendré el valor. Sé que es una salida, para muchos desde fuera la mas fácil, para otros la mas absurda, pero para mí desde dentro, me parece la más obvia. Cuando no tienes nada más que hacer y nada más que aportar a la gente, mejor quitarse de en medio.

Gracias a este objetivo que me puse, la verdad que estas últimas semanas han pasado mucho mas rápido. Incluso he tenido estrés por conseguir el material necesario, puesto que evidentemente no existe una tienda de los suicidios. La gente de las tiendas cuando les explico lo que quiero, siempre se quedan extrañados, porque de seguido me preguntan para qué lo quiero, y mi respuesta obvia les provoca gestos caricaturescos de terror.

Solo hubo una persona que me encontré por la calle, que me hizo pensar profundamente en mi decisión. No sé por qué empezamos a hablar, supongo que sería fruto del destino, o quizás el azar, pero el hecho es que ahí estaba yo, en medio de una calle que no conocía de aquella gran ciudad, hablando con un sin techo. Nos sinceramos rápidamente, sabiendo que sería la primera y última vez que nos veríamos, pero con el feeling especial de saber que alguien quiere escucharte. Tras contarle mi historia, y mi decisión, el me miro extrañado. Pero su mirada no tenía nada que ver con aquellas otras de los vendedores, su mirada no era de terror, ni tampoco de pena, simplemente de incomprensión. El me conto sus problemas, y me dijo que también se le había pasado por la cabeza el suicidarse, pero que el día previsto, tuvo otra cosa que hacer. Me sorprendió en exceso esta respuesta, COMO VAS A TENER OTRA COSA QUE HACER EL DIA DE TU SUICIDIO??? Me explico entonces, que su abuela se puso enferma en el hospital, y que la única persona a la que había nombrado era a él. Evidentemente, hacía tiempo que su modo de vida había llevado a su familia a despojarle del apellido y por supuesto el trato era nulo, pero ellos hicieron el esfuerzo de encontrarlo en su esquina de siempre, esa esquina que llevaban 5 años evitando para no sentir vergüenza y deshonor, para contarle la última voluntad de su abuela.

Tras toda la historia que verdaderamente me afligió, me dio el consejo más sencillo que recibí desde que inicie mi objetivo final. Me dijo que si me quería suicidar, que no perdiera el tiempo en tantos preparativos, simplemente que fuera al metro y saltara a las vías del tren. Me dejo perplejo su aplomo a la hora de decirlo, y no pude más que preguntarle por qué no lo había hecho el antes. Otra vez, me sorprendió con su respuesta. Desde el día en que su abuela lo había requerido, el comprendió que dentro de que su vida es miserable, siempre había alguien que pensaba en el, « siempre hay alguien que en el último momento va a intentar sacarte del pozo » me dijo. Y es precisamente por ese alguien, por lo que él no se tiro a las vías. Simplemente por no dar el salto, sabiendo que con su acto dejaba al menos a una persona triste.

Tras hablar con este hombre, le deje todos los utensilios que había ido recuperando a lo largo del último mes, agradeciéndole la conversación amena que tuvimos y salté.

N.A. Como muchos otros, creo que el suicidio no es la solución, la vida esta para vivirla, y si no te gusta, poner todos los medios a tu alcance hasta convertirla en TU vida. Hasta el más necio tiene personas a su alrededor que llorarían su perdida. Conclusión: no lo hagas, estés donde estés te arrepentirás.

jueves, 1 de abril de 2010

En busca de la salida


De qué sirve sufrir, Para qué sirve pensar en las personas del pasado? Acaso ellos piensan en nosotros y sufren como nosotros lo hemos hecho?

Muchas preguntas se amontonan desde hace unos días en mi cabeza, quizás porque resulta que me estoy dando cuenta de que la vida del trabajador es muy solitaria si después cuando llegas a casa no tienes a nadie con quien hablar. Y más teniendo en cuenta que por el momento no se puede llamar casa a las cuatro paredes en las que yo duermo.

Hace tiempo escuché que es positivo que las personas sufran, expresando con ello que tienen sentimientos. A veces me planteo si el sufrimiento esta liado a la ignorancia, puesto que yo, que si lo pienso fríamente, no tengo motivos serios para estar triste, no me siento feliz. En cambio, un niño de África, que no sabe si tan siquiera tendrá agua potable para beber, consigue disfrutar al máximo con los pocos recursos que tiene. No pretendo hacer demagogia, puesto que soy el primero que está diciendo que sufre sin demasiado sentido. Simplemente que como de costumbre, doy demasiadas vueltas a las cosas.

Hay veces que no veo la salida, pero en este caso, en este preciso instante, tengo claro que debo huir. Creo que no lo hago en la dirección correcta, puesto que creo que me meto un poquito más en la boca del lobo, pero al mismo tiempo, saldré de la ciudad de las luces. Quien diría que la ciudad de mis sueños me está impidiendo precisamente realizarlos…

Dicen que huir es de cobardes, y en verdad así lo creo. Creo que el día que cogí mis maletas y salí de casa de mis padres muchos pensaron que fue un acto de valentía, pero en el fondo de mi corazón, yo sabía que era un acto de cobardía, que era una huida hacia un lugar donde poder encontrarme. Esa huida no tiene nada que ver con esta, ya sé quién soy, quizás no es 100% quien querría ser, pero poco a poco las experiencias y mis valores me irán llevando a ser esa persona que quiero. Esta huida es para buscar un punto en el camino recorrido desde el que crear una bifurcación. Un punto en el que por fin vea en el espejo al chico que se está quedando en los huesos, y reaccione. Un punto en el que por fin comprenda que ese acto de cobardía enorme que me saco de mi país ha dado sus frutos, que no mucha gente tiene la « suerte » que he tenido yo, de aprender a base de bofetadas en poco tiempo lo que la vida real nos depara. Ya nunca más seré aquel niño que salió de casa, hay veces que me comparo a mis compañeros, mis amigos, y veo que hay cosas que han cambiado, ya no veo ni importantes los enfados que llevaron al final de varias relaciones de amistad.

Es cierto que el tiempo aclara las cosas, y sobre todo relativiza las situaciones. No me creo precisamente maduro, porque siempre intentaré guardar mi pequeña parte de Jaimito, esa parte que se alegra por bobadas, esa parte que esta siempre pensando en cómo sorprender a los otros. Y la guardo, por el simple motivo de las alegrías que me llevo cuando por ejemplo alguien me envía un mail, o simplemente cuando alguien me viene a hablar al msn.

Supuestamente soy católico, más por educación que por creencia propia. Claro que creo que hay algo que escapa a nuestro conocimiento, pero en verdad, tengo la ferviente creencia de que al final todo lo que damos, lo recibiremos. Se puede llamar karma o como sea, pero creo que si te guías con un poco de coherencia, en algún momento de tu vida, serás recompensado.

martes, 30 de marzo de 2010

La Huída


Llegué corriendo al tren. Para variar, el metro se había parado en medio de una estación, y yo que, como de costumbre, iba con el tiempo justo, tuve que correr por la Gare de l’Est. Una vez en el vagón, me dispuse a leer mi nuevo libro. Una locura de mi última estancia en España. Decidí que quería aprender un idioma nuevo, y en vez de perfeccionar el inglés como hubiese hecho cualquiera, decidí que el ruso, por sus caracteres cirílicos, sería mi elección.

Desgraciadamente, los hechos o quizás la situación de la semana, me llevaron a abstraerme del capítulo que inicialmente me había propuesto estudiar, para llevarme de nuevo a mi mundo de sombras, del que parece que mi subconsciente no quiere salir. Este viaje era una huida. No hace ni dos semanas que estoy aquí, y ya necesito salir de esta locura. En parte tengo miedo, ya no solo por el gasto económico que conlleva, sino porque la ciudad de mi sueños se está convirtiendo últimamente en la ciudad de las incoherencias, e incluso de las pesadillas.

Jamás fui una persona olvidadiza, pero últimamente he perdido demasiadas cosas, he incluso he llegado a plantearme que es debido a que tengo demasiadas otras en la cabeza, que hacen que no me centre en todo. En el trabajo, la verdad que estoy un poco decepcionado, puesto que aunque ya sé que en Francia jamás se anima a la gente cuando hace algo bien, el hecho de solo recibir palabras ilegibles escritas en los documentos redactados por mí, me hace pensar que 7 meses van a ser demasiado largos, si no remonto la cuesta.

Esta mañana me levanté contento, con ganas de comerme el mundo, porque por la noche estaría en otra ciudad, porque por la noche mi mundo estaría al lado de una persona que siempre me hace reír, aunque desgraciadamente esta persona sea la mejor amiga del tiempo pasado. Un tiempo pasado, que no deja de influir en mi presente, y que aun creyendo en el mañana, siento que influenciara mi futuro. He intentado dejarme llevar por la corriente, he intentado dejar de pensar, incluso dejar de idealizar a las personas que me voy cruzando por mi vida. Pero soy incapaz, no puedo parar, tengo el terrible defecto de ver las virtudes de los otros, y los defectos en mí. No soy capaz de creerme un « héroe » ni dormido. Oníricamente hablando, estas semanas están siendo demasiado raras, me despierto varias veces por la noche, sobresaltado con las historias más variopintas e inimaginables, y lo único que hago es mirar el móvil, para ver cuánto tiempo me queda antes de que el despertador suene. Siempre me pongo contento, excepto la última vez que lo miro cada noche, porque o bien el azar o bien el destino, hacen que lea 7h08 es decir 2 minutos antes de comenzar el día.

Hace días leí una frase que me impacto, supongo que por el hecho de darme cuenta que funciona perfectamente conmigo. Si la gente me ve por la calle, tiene que pensar que soy feliz, porque mi sonrisa siempre está a la vista, sin embargo, el sufrimiento que llevo por dentro me sorprende incluso a mí mismo. Últimamente veo en este blog la necesidad de desahogarme, la necesidad de hablar con alguien para soltar la carga. Y qué mejor que hablar con uno mismo, para intentar comprender las incoherencias que te llevan hasta la situación actual. Estoy ya cansado de esparcir mis sentimientos con mis amigos, por el simple hecho de que estoy seguro de que ya tengo que cansarlos.

Una patología bipolar debe de estar llegando a mi vida, porque soy capaz de pasar de estar triste e incluso llorando, a incrustar en mi rostro la sonrisa y vaciar mi cabeza hasta parecer tan simple y hueca como una barbie. De nada sirve que me plantee el futuro, cuando de momento no soy capaz ni de afrontar el presente. Sé que mi sitio esta aquí, por lo menos hasta octubre, se que muchas experiencias me esperan, pero lo que en estos días no tengo nada claro es tener las armas necesarias para llevar a cabo el renacimiento del fénix y volar más alto todavía.

Afortunadamente, el tren ya esta aminorando la marcha, y con ello mi mente se aleja de las sombras. Una cosa esta clara, mi huida se ha llevado a cabo con éxito, dispongo de unos pocos días para sanar mis heridas, para ver que un futuro es posible una vez el presente haya sido restaurado.

N.A. Sé que este texto no se merecería ni ser tan siquiera publicado, no tiene ni calidad, ni historia, ni nada. Solo refleja el pozo en el que un chico supuestamente joven se ha caído, y del que no sabe cómo salir. Muchas cosas en la cabeza, pero verdaderamente sin los apoyos necesarios a mano. Nunca fui una persona cariñosa, simplemente por el hecho de que reservo mis abrazos, mis besos y mis carantonas para las personas que verdaderamente me inspiran un sentimiento especial. En estos momentos, creo que algo se rompió en mi interior, y lo único que me gustaría tener seria un abrazo, unos brazos en los que poder soltar aun mas lagrimas, pero que después sigan ahí para recibir toda la serenidad que emanare tras el llanto.

lunes, 29 de marzo de 2010

La fragilidad del Camino

Qué raro me está resultando. Fue lo primero que pensé al verte en el coche de delante. La verdad es que hacía ya bastante tiempo que no nos veíamos, y se me hacia extraño. Quizás también por la distancia emocional que hemos tomado en los últimos meses. Aun con eso, yo no entendía por qué tú, precisamente tú, mi mejor amiga, ibas en el coche de delante, y yo no iba en él. En verdad no recuerdo muy bien en qué momento me pregunté quién era la persona que conducía mi coche, pero por mucho que intenté descifrar sus rasgos, me siguió resultando un completo desconocido.

Recuerdo que te intenté llamar al móvil, para que me aclarases con un « mira que eres tonto » el hecho de que no estuviera en tu coche, fijo que tenía una explicación súper simple. No sé por qué, no conseguía contactar contigo, hay veces que estamos tan lejos y las tecnologías nos acercan, y otras que aun estando al lado, nos sentimos aislados. Lo que paso a continuación me impresionó de tal manera, que aún ahora, me estremezco al pensar en ello.

Íbamos por la autovía, lo sé porque siempre desde pequeñito he prestado atención a las señales y demás indicaciones que hay en las carreteras. El paisaje, desde luego no era de mi tierra, ya que teníamos verde a ambos costados de la calzada, supuse que evidentemente había conseguido volver a hacerte una visita por tierras gallegas. En un momento determinado, el macarra del coche que nos acababa de adelantar se dispuso a hacer lo mismo con vosotros, pero no entiendo por qué, lo hizo demasiado pegado. No sé muy bien qué paso, porque lo siguiente que recuerdo es tu coche, TÚ, saliendo de la calzada y comenzar a dar vueltas de campana. El símil es muy obvio, pero en ese momento, a mi corazón también le dio un vuelco. Intenté gritar, y digo intenté, porque aunque yo vocalizaba tu nombre, de mi boca no salía ningún sonido. Empecé a dar golpes al conductor para que parara, pero no me hacía caso, iba reduciendo la velocidad, pero parecía no darse cuenta de que TÚ, Nata, ibas en el coche que acababa de desaparecer de la calzada. Intenté abrir la puerta del coche cuando ya íbamos lento, pero tampoco podía. Joder, pero qué puñetas está pasando, por qué no puedo hacer nada, por qué estoy encerrado en este coche con este desconocido…eran muchas preguntas las que me pasaban por la cabeza, pero una era la fundamental. Estarías bien??

Supongo que debí de tener un shock o no sé muy bien qué, pero lo siguiente que recuerdo es un coche echando humo, y dos personas en el arcén abrazadas. Al principio tuve miedo de fijar más concretamente la vista, puesto que solo veía a un chico que abrazaba algo. Fueron momentos de pánico, realmente creo que mi corazón no podía latir más rápido, y al mismo tiempo tan lento, mi cabeza no paraba de hacer hipótesis, de reflejar en imágenes los diferentes escenarios que podía encontrarme. No, no podía ser, no podía ser que perdiese a mi mitad. Fueron segundos de pánico, hasta que finalmente vi que él te abrazaba, que estabas viva. Parece mentira lo rápido que puede dar un vuelco tu vida, de manera inesperada, pero permanente.

Días después, intenté hablar contigo, teniendo siempre la misma respuesta…silencio. Ciertamente tenía ganas de volver a acercarme a ti, de volver a sentirme en tu vida, y contarte mis cosas, pero sobre todo lo que mas quería, era saber si anímicamente estabas bien, puesto que si para mí fue difícil vislumbrar una vida sin ti, para ti tuvo que ser impactante el ver pasar tu vida mientras tu cuerpo no hacía más que dar vueltas y ser contusionado por los amasijos de metal. A día de hoy, sigo sin tener respuesta, pero el simple hecho de verte conectada, me hace pensar que sigues mejorando. Mientras, hasta que tú quieras, yo te esperare…

N.A. Desgraciadamente, me gustaría que dicho accidente no se hubiese producido, pero dentro de que yo no estuve presente, agradezco a quien sea el hecho de que solo se hayan producido contusiones.

martes, 23 de marzo de 2010

Los viejecitos del parque


Era una fría tarde en la ciudad. Comenzaba a oscurecer, aunque ya habíamos cambiado de estación. Sin embargo, la bufanda seguía estando alrededor de mi cuello para evitar otra recaída. Era relativamente temprano, para las horas en las que yo solía andar por allí, pero ese día sólo tenía ganas de llegar a mi casa y tumbarme a ver una película que consiguiese evadirme de mis problemas. Por la calle me encontré muchas parejas, de todas las edades, pero será por cuestiones del azar, las que más me llamaban la atención eran las de los ancianos.

No debía ser mi día, porque veía felicidad por todas partes y yo me sentía desdichado. Los niños estaban corriendo de un lado a otro en el parque, con la mirada atenta de sus madres para actuar en caso de alguna caída. La pareja de abuelitos, a los que llevo viendo varios años, seguían sentados en el mismo banco de siempre, conversando de todo y de nada. Muchas veces me he preguntado cómo pueden seguir teniendo temas de los que hablar dos personas ya jubiladas que están juntas todo el día. Siento envidia de ellos, pero al mismo tiempo alegría. Estamos en una época en la que no hacemos más que infravalorar a nuestras personas mayores, sin tener en cuenta que lo que ellos trabajaron en su día es lo que nosotros disfrutamos e incluso nos dedicamos a destruir.

Al llegar a mi casa, busqué entre todos mis dvd’s alguna comedia que no me supiese ya de memoria, o en cuyo caso, que no me hubieses propuesto tú de verla. Di con una que me apetecía ver, y de la que aún no me había aprendido los diálogos. Raudo y veloz, me duché y preparé la ropa para el día siguiente, así como la bebida y las palomitas para la película.

Cuando la película terminó, me di cuenta de que no era una comedia sin más, sino una comedia con final feliz. Y como de costumbre, me puse a crear de nuevo mi cuento particular de la lechera. Volví a recordar esos tiempos en los que éramos felices, en los que hubiera dado mi vida por ti, para posteriormente imaginarnos ahora como aquellos viejecitos del parque…Sólo tenía una contradicción mi cuento, que tú y yo jamás conseguimos hablar.

Justo cuando estaba en estas elucubraciones, me llamó Juan. Ese fiel amigo que no sé cómo se las apaña para por telequinesis quizás, darse cuenta de los días en los que mi felicidad no es desbordante. Vivía lejos, pero gracias a las nuevas tecnologías, podíamos mantener una relación casi normal. El sabía todos mis problemas, pero desgraciadamente, o bien el no tenía, o no confiaba en mi como para contármelos.
Como siempre, me hizo reír con su forma de contarme sus aventuras. Era capaz de convertir la noticia más idiota en un acto espectacular. Y me dio la sorpresa de que a finales de mes, vendría de visita un fin de semana.

La conclusión que saqué cuando apagué las luces y me fui a dormir me sorprendió incluso a mí mismo. Los días pueden ser soleados o nublados, pero siempre, aunque intentemos ser negativos, tenemos a nuestro lado la gente que puede hacernos soñar.
Para poder pensar en estar bien con alguien, primero hay que aprender a disfrutar de uno mismo y de las personas que nos rodean, que nos quieren, aunque los abrazos no puedan darse tan a menudo como querríamos.

N.A.: Afortunadamente todos tenemos un amig@ "Juan"

lunes, 22 de marzo de 2010

Superficial


Desde que oyera esta palabra dedicada a mí, supe que me enfrentaría a mi pantalla para expresar los sentimientos que tuve. No sé si fue el hecho de que me aplicaran tal adjetivo, o más bien la persona que me lo atribuyó. Cierto, a veces la mejor manera de intentar caer bien es ser superficial y banal. Desgraciadamente, esto es imposible de hacer cuando tu interlocutor conoce sentimientos y sensaciones que ni tú mismo eres capaz de expresar de viva voz.

Este fue el caso. Me dolió, por la veracidad de sus palabras. Noté que me había vuelto a poner la máscara de falsedad, para intentar no ser herido, para intentar ocultar la persona que soy, sensible y frágil hasta la médula.

Me resultó todo extraño, no era mi mundo, era mi país, pero lo sentía lejano, distante. Tuve muchísimas sensaciones encontradas: ilusión por estar en Madrid, fascinación al escuchar español por todas partes, vergüenza por tener delante de mí a mi confidente, pero sobre todo tuve miedo, miedo a realmente formar parte del maldito cliché. Y así parece que fue en un principio.

La situación se terminó desarrollando de una forma totalmente imprevista. Quizás no fue la que yo ansiaba, no fue esa conversación alrededor de un buen tazón de café, pero evidentemente, encontré unos brazos que me hicieron vibrar. Y quizás, pero sólo quizás, esos brazos me infundieron la paz y el descanso que siento en mi cabeza, que me han hecho continuar dando pasos impensables hacia la meta de “mi” normalidad.

Lo sueños son para vivirlos
, creo que con esta frase resumo perfectamente el espíritu que encontré en ti. Supongo que entre flyers y bebidas, encontré las palabras clave para de una vez por todas recomponer la persona que soy, Jaime. Me resulta extraño decir que envidio esa sensación, la de estar bien con uno mismo, la de saber que si quieres te puedes comer el mundo. Es gracioso ver como lo que para mí, en mi cabeza, es un mundo de dificultades, para otros se convierte simplemente en su realidad. Eché en falta esa conversación, eché en falta saber más cosas de esa persona que sabe erizarme la piel cuando escribe. Me conformo con haber comprendido que las balas siempre pueden ser esquivadas, o en el último de los casos, que con las personas importantes a nuestro lado, podemos conseguir sanar las heridas.

El toque surrealista de mi estancia en Madrid, se lo llevó el hecho de enterarme que Lara Croft puede ser una musa de la moda para ciertas personas.

Ahora sólo me asalta una duda. Esto habrá servido para acercarnos, o supondrá el punto y final…

domingo, 14 de marzo de 2010

Vuelvo a ti



Y ya han pasado tres meses. Desde aquel día de invierno en el que la noticia llegó cual bola de nieve a mi cara. Me partió en dos. Totalmente inesperado, pero a la vez necesario. Como siempre, ni tan siquiera me diste la oportunidad de hablar. Tomaste tú la decisión por los dos, sin tener en cuenta que era mi corazón el que dejó de latir.

He intentado salir a flote, los servicios de cuidados intensivos de mis amig@s han tenido mucho trabajo. No puedo decir que estoy fuera de peligro, porque desgraciadamente cada vez que te veo, la sangre comienza a helarse de nuevo. No me gusta ser así. No me gusta depender de los demás, pero mucho menos de ti. Me has hecho sentirme inferior, realmente me has hecho plantearme si soy una mierda, y desgraciadamente, creo que he visto tarde que objetivamente te doy varias vueltas.

Ahora empieza una nueva etapa en mi vida. Parece que voy coleccionándolas, porque no soy capaz de mantener nada más de seis meses. Vuelvo a la ciudad de los sueños, o mejor dicho, la ciudad de mis sueños. Esta vez ya no tengo miedo al ensordecedor ritmo de vida, te tengo miedo a ti. Si no me conoces, pensarás que soy borde, pero una vez que entras en mi parcela, comprenderás que la más mínima acción puede implicar el desbordamiento. Me he convertido en sensible, o quizás siempre lo fui, pero necesité estos años de auto-búsqueda para encontrarme. Parezco débil, pero no lo soy, la vida que he escogido me está enseñando muchas cosas, a veces a bofetadas, otras de manera dulce. Antes o después encontraré mi camino, ese que me llevará hacia las puertas de MI futuro, ese que YO Y SOLO YO habré escogido.

Leyendo lo que escribí hace prácticamente un año, me doy cuenta de por qué lo dejé. Apareció una persona en mi vida, una persona que revolucionó todos mis conocimientos del amor. Ya no necesitaba expresarme a través del ordenador, había alguien que aparentaba estar interesado por mí y que parecía querer escucharme.

No quiero, no quiero hacer una entrada que hable sólo de ti. Tengo mil retos por cumplir y aun más deseos que realizar en París, mi ciudad. No creo que consiga todas mis metas, pero sé que este 2010 está trayendo muchos cambios. Empezando por mi propósito “ser gay es normal” que ha hecho que aquí en Francia todo el mundo sepa que soy homosexual como si del color de mi camiseta se tratase. La vida es corta, o por lo menos yo veo que el tiempo está pasando muy rápido alrededor mío. No quiero seguir desperdiciando días, momentos, e incluso tiempo en personas que no merecen la pena.

Nunca creí en el destino, pero decididamente, no siempre tengo las llaves de mi futuro. Lo que tenga que venir vendrá, sólo tengo la certeza de que en algún momento, a base de dar a los demás, yo recibiré también algo del cariño que tanto ansío.