jueves, 30 de diciembre de 2010

Otra vez NO!! (reflejo del mayor sueño de mi vida)

Creo que voy a olvidarme de poner el despertador, porque al fin y al cabo, nunca me despierto con él.

Hace ya tres semanas que Joel llegó a casa. Desde entonces, no hay noche en la que sus cánticos no me despierten. Estoy muy contento de su llegada, es más, me hubiese gustado estar presente en el momento en el que se inmiscuyó en mi vida, pero por motivos lógicos, la madre no quiso que yo tuviera esa oportunidad de verla desnuda.

Ahora no soy capaz de dormir, o mejor dicho, el condenado niño no sabe más que dormir, mear y cagar, con lo cual me paso las horas cambiando pañales y haciendo biberones. Dentro de unos meses creo que el que va a terminar aficionado al chupete voy a ser yo de tanto probar el biberón para ver si la leche no está demasiado caliente.

Lo mío me ha costado llegar a esta situación. Estuve unos años trabajando y ahorrando para poder alquilar un vientre en el que hacer realidad mi sueño. Ya tengo los 30, y aunque no tengo muy claro que la sociedad haya cambiado lo suficiente, no podía esperar más a hacer mi sueño realidad.

En mi casa las cosas fueron más difíciles. Puesto que si ya hubiese sido mal visto en mi entorno conservador la existencia de una madre soltera, ni me imagino como habrá podido sentar en los rincones más conservadores que yo, haya decidido dar éste paso.

Creo que hay parte de mi familia que no sabe que soy homosexual, en verdad los que me importan son mis padres y hermanos. Lo suyo costó hacérselo saber, o mejor dicho, explicarles que no me siento atraído por las mujeres. Supongo que todo el mundo dirá lo mismo, pero en mi caso, fue mi padre el que se sintió decepcionado conmigo. Más raro les resultó entender que no concibo mi vida al lado de una persona, y que mi sueño en vez de un novio era tener al menos un hijo. Cuando les conté mi decisión, me tacharon de loco. Estoy de acuerdo que no hay muchos hombres que tengan tan desarrollado el instinto paternal como para llevar a cabo esta locura, pero yo tengo claro que a mis hijos no les faltará NADA DE NADA. Cierto es que tengo el temor (al igual que tendrá una madre soltera) de que mi hijo eché en falta una figura materna. No porque yo no le vaya a dar todo el amor del mundo, sino porque creo que hay momentos en los que es importante una madre y en otros un padre.

No sé el día de mañana en qué se convertirá este mico. Ahora es un muñequito al que me da miedo incluso acunar, porque no quiero hacerle daño. Mi madre me ha enseñado ya mil veces a cogerlo, pero reconozco que hay veces que cuando llora, no sé qué le pasa y me supera la situación.

El otro día lo saqué de casa por primera vez. Yo quería haberle comprado una sillita de las espaciales, no porque mi niño fuese a ir más cómodo, que lo dudo, si no para que todo el mundo viese lo guapo que me ha salido. Estoy seguro que va a ser el terror de las nenas, o bueno, de los nenes, él sabrá lo que le interesa.

He tenido que contratar una niñera, porque con el trabajo me era imposible hacerme cargo de él al cien por cien y siempre he tenido claro, que el padre soy yo, que mis padres no tienen por qué cargar con él todo el tiempo. Ellos están para malcriarlo los domingos cuando vamos de visita.

Ahora que se acercan estas fechas, creo que estoy yo más ilusionado que el pobriño. Normal, no se entera de nada, pero en unos años, seguiremos con toda la ilusión que nunca hemos perdido, y pondremos juntos el agua para los camellos, así como una botellita de champagne para sus majestades. Estoy contento de que al final fuese niño, porque la verdad, no me veía yo con “Lucía” jugando a las princesitas…En cambio, vamos a disfrutar de lo lindo los dos con las pistolas y todas las burradas que siempre he necesitado pocas excusas para hacer.

Sólo tengo dos temores. Uno, que en el colegio los niños lo traten mal por culpa de mi situación, y dos, que crezca tan rápido como me dicen mis padres, y que en dos días ya estemos pegándonos por la hora de llegada un fin de semana.

Bueno, parece que por fin se ha dormido otro poco, voy a intentar echarme una siesta, porque fijo que más no me va a dejar. Doy gracias a las cremas anti-ojeras, no sé qué haría sin ellas!!

Te odio!!

Pero te odio porque te quiero, y creo que nunca llegarás a ser indiferente para mí. Ya no sé qué hacer, me estoy volviendo desquiciado, porque soy incapaz de olvidarte. El tiempo cura las heridas, cierto, pero ese mismo tiempo, crea falsos ídolos en mi cabeza. Y lo que es peor, falsos ídolos en mi corazón.

En breve hará un año que me rompiste el corazón. Ese corazón que poco a poco se ha reconstruido, pero en el que hay cicatrices que jamás desaparecerán. Me di en cuerpo y alma a ti, disfruté y sufrí como en mi vida, pero al final, nuestros caminos se separaron. Fuiste tú quien abrió la caja de pandora, tú quien tuvo el valor de marchar, y desgraciadamente tú, él que me quitó mi virginal concepto del amor verdadero.

Nadie antes tuvo ese poder en mí. Y nadie a partir de ahora lo volverá a tener. Es de cobardes anclarse en el pasado, pero en el nivel afectivo, esta batalla me hizo levantar la bandera blanca y dar la guerra por perdida.
Cierto que me gusta saber de ti, cierto que confío en ti, pero también es cierto que me engaño a mi mismo diciéndome que perdí al hombre de mi vida. Por dos razones fundamentales, una, porque en el fondo de mi corazón creo que no lo eras, y dos, porque nunca te tuve.

Estoy cansado de sentirme mal, cansado de tener miedo a verte con otros, aun a sabiendas que ya has tenido inquilinos en tu cama y supongo que en tu corazón.
No sé qué es lo que hay en mi cabeza. Estoy totalmente perdido. Una nueva aventura debía comenzar en el 2011 para mi, mi primer empleo, en la ciudad que siempre consideré como la ciudad de mis sueños…

Ya no sé qué hacer. Creo que no voy a ser capaz de verte como uno más, no por el hecho de que me duela verte con otros, sino por el hecho de que jamás seré para ti ni la mitad de importante de lo que tú eres todavía para mí. Mi vida estaba a tú alrededor, o al menos, mi vida en ese país. Quizás esté llegando el momento de volver a huir. De volver a buscar un nuevo lugar donde comenzar otra falsa vida.
Me miento a mi mismo cada noche. Pienso que algún día alguien más aparecerá en mi cama para abrazarme y darme aquellos besos que me fueron negados. Todas las noches me quedo despierto hasta altas horas de la madrugada preguntándome qué defecto insalvable tengo para que las personas que elijo sean incapaces de quererme. Me planteé que me gustan los discapacitados sentimentales, pero eso no es una excusa para la angustia que me abraza desde hace ya muchos meses.

No tengo miedo a la soledad, pero tampoco sé disfrutarla. Mi cabeza es un hervidero de pensamientos, de conjeturas, de cábalas normalmente pesimistas que me impiden vivir mi vida, o en su defecto, de tener el coraje de vivir la vida que sueño.
Cada noche me despierto y pienso en ti, en los sentimientos que expresaban mis facciones cuando me abrazabas, en el falso cariño que pensé que recibía de tu parte. Al pasearme por mi casa, recuerdo los momentos íntimos que pasamos en las diferentes habitaciones, teniendo claro lo sumiso y arrastrado que me comporté en una supuesta relación de igual a igual.

Ya no sé qué hacer. Me prometí que si llegaba en malas condiciones al final de este año, pensaría seriamente en cómo afrontar la situación. No disfrute del día de mis 25años, pero por mis problemas “imaginados”. No tengo claro si un psicólogo podría ayudarme, tampoco el cariño de los míos. Y lo peor de todo es que sé que me lo busqué, por idealizar falsos dioses, y por seguir reprochándome el ser homosexual para no tener confianza en mí mismo. Soy INCAPAZ de valorar las metas que voy obteniendo con esfuerzo, infravalorando los resultados. Ambición, a veces considerada como cualidad, pero en mi caso sinónimo de perdición.