jueves, 14 de mayo de 2009

Madness in Sunday's night

Botella de vodka para dos
Entrada triunfal con caida espectacular
Bailes en el podium central
Magreo con el rubio de ojos azules
Cigarro a 100m del arco del triunfo (siempre en los campos eliseos)
Bailes en el centro de la discoteca
Magreo salvaje y besos incluidos con el rubio de ojos azules
Calor...ganas de salir a fumar..saliendo
Fabien y yo nos miramos a 2 dedos de distancia
Le como el cuello
Me voy sin esperar reacción
vuelvo y mi amigo esta liandose con uno
Me pongo a bailar con niño mono
Aparece el rubio de ojos azules para despistarmelo
Se va el niño mono
Me voy yo con mi amigo
Fin


Pero sigo pensando en ti! aunque tu tan siquiera recuerdes quién soy yo

La alegría momentanea (fin)

Y la alegría...se quedó en eso...momentánea

No volvió a dar señales de vida...

viernes, 8 de mayo de 2009

La alegría momentanea

Ayer me lleve uno de los alegrones más grandes de hace tiempo. Y la verdad, que después de haber dormido mejor que un bebé, me he dado cuenta que he hecho castillos en el cielo. Después de haberme atrevido a mandarte el mail (gracias a los ánimos que me han dado ciertas amigas), estuve contento, puesto que había tenido, una vez más, valor para hacer cosas que normalmente no hago. No niego que después estuve desconectado para no ver si tu aparecías online.

Al final, se conectó una persona con la que quería hablar, así que me puse en no disponible, y ahí estabas tú. No me hablaste, y no me molestó para nada, es más prefería que no respondieses a que fueses borde. Así que tras hablar con mi amigo, me dispuse a ver una película, Cuando menos te lo esperas.

Fruto del azar, de la casualidad o del destino, cuando acabé justo la peli (que por cierto, acaba en París al lado del Hôtel de ville, zona muy frecuentada por mí, y muy cercana al barrio gay) vi que alguien me acababa de escribir. Eras tú. Me pusiste “on peut boire un verre au début de la semaine prochaine”.
Mentiría si no dijese que me sentí el hombre más feliz del mundo. Me dieron muchísimas ganas de gritar, ya no por el hecho de que aceptabas quedar conmigo, sino por el hecho de que un francés contestase a un mail, o diese señales de vida. No recordaba esta sensación de triunfo.

Hoy, tras haber hablado con mi mejor amiga, he visto las cosas mucho más realistas. Así que ya no estoy ni mucho menos tan feliz como ayer, aunque si orgulloso por haber obtenido una respuesta.

No sé por qué me he empeñado tanto en quedar contigo, no sé por qué te he idealizado en mi cabeza, y mucho menos por qué me pongo nervioso al verte delante de mí. No creo que para cuando vuelvas de tu fin de semana en casa te acuerdes de lo que me dijiste, pero aunque te acuerdes, no tengo claro que vaya a aceptar tu propuesta, por el simple hecho de que jamás hemos mantenido una conversación por el msn, así que creo que el hecho de vernos en persona, no va a mejorar la sensación de aburrimiento que ambos tenemos cuando hablamos. Tú porque no contestas, y yo porque espero tu respuesta.

En fin, lo dicho, nadie me va a quitar la alegría que sentí ayer. Pero el futuro es incierto, y no debo esperar nada de las palabras escritas, al fin y al cabo, no es la primera vez que se tuerce todo. Es más, todo lo contrario, todavía no he vivido una vez en la que algo saliese totalmente redondo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Difícil de creer, pero fácil de sentir


Siento que no te he dicho toda la verdad. Y sé que no debo decírtela puesto que poco voy a conseguir más que echarte de mi lado. Cierto, si leyeses esto, alucinarías con lo que siento por ti. Sé que no te conozco, pero sé mucho más de ti de lo que tú te piensas.

Sé tu blog, sé tu facebook, sé algunas cosas de ti, pero siempre indirectamente. He visto videos tuyos, y sé que aunque no me lo hayas demostrado, eres una persona genial. Se puede ver en tu cara que eres buena persona, es más, creo que noto tu timidez, así como que no eres el típico niñato gay que lo único que busca es tener a algún chico en su cama como la mayoría de los que he encontrado en esta ciudad.

Me da miedo el mail que te he mandado, por el simple hecho de que no creo que llegues a entender la casi necesidad que tengo de conocerte, para intentar buscarte defectos que me hagan olvidarme de ti.

Y normal que quiera buscarte defectos, porque en estos momentos te has metido muy dentro de mi cabeza. Sé que es imposible, que no te conozco, y que lo único que consigo así es pasarlo mal. Pero no es del todo cierto. Sueño contigo, evidentemente no en plan sexual ni nada de eso, pero el otro día cuando te vi en la discoteca, mi corazón se puso a latir más fuerte, y un miedo increíble se apoderó de mí, un miedo irracional a parecerte insuficiente. Me gustó tu forma de bailar, en verdad en tu cara se veía que no lo estabas pasando demasiado bien, y que la música no te atraía demasiado, pero si te hubieses percatado que tenías a un chico mirándote sin parar e intentando a través de tus ojos comprender más cosas de ti…

Ayer cuando me viniste a hablar, otra vez me puse nervioso. Era la primera vez que venías a hablarme, después me di cuenta de que a lo mejor es que te llegó en ese momento el saludo que te hice en la madrugada del domingo, pero aún habiéndome dejado a la mitad de la conversación, he de decir que soñé contigo. Soñé que me abrazabas y me dejabas dormir a tu lado, y he de decir que hacía tiempo que no descansaba tan tranquilamente.

No encuentro nada positivo en el hecho de tener tantas ganas de conocerte. Me voy a ir en breve, quizás si la suerte no me acompaña, para no volver. Y aunque suene egoísta, me parecería mal enamorarme de ti, cuando posiblemente ni yo te atraiga, ni pueda darte lo que tú buscas.

Sólo quiero que sepas una cosa. Gracias. Gracias por haber aparecido en mi vida, para darme cuenta de que yo no soy una persona que pueda meterme en la cama con alguien a quien no conozco. Puede que jamás lo llegues a saber, pero gracias a ti saqué demonios de mi cabeza, y creo que me has hecho conocerme un poco más.

domingo, 3 de mayo de 2009

El reto de saber perder


Ya no sé que más hacer. Debe de ser que tengo pegado en la frente el cartel de “putón”. Tan siquiera me da la oportunidad de conocerme. Sólo un día conseguí tener una conversación interesante con él. Y fue interesante porque trataba de alguien importante para él, una amiga.

Evidentemente, este no es el sitio para “venderme”, es más, es que no sé hacerlo. Pero me sirve como vía de escape, donde escribir lo que pienso, lo que siento. Lo más gracioso de todo, es que sigo teniendo muchas ganas de hablar con él. No lo conozco, cierto, pero hay algo en él, en su forma de ser, que me resulta atractivo.

No negaré que es guapo, evidentemente ya me dejó claro que yo para él no lo soy, después de varias frases que me descolocaron, “no creo que te vaya a gustar”, “te pega un chico grande y musculoso”. Es cierto, es el mundo gay, el físico y el sexo están a la orden del día, y pocos muestran el interés por la persona. Soy gay, lo tengo claro, pero no por ello soy como el resto. Prueba de ello es que dentro de poco ya voy a cumplir un año sin que nadie me haya dado un beso, y aún sueño con pasear por la ribera de “la Seine” con un chico, con MI chico, hablando de cualquier cosa, pero sabiendo al mismo tiempo que será un recuerdo para toda la vida.

Poco que decir, porque todo son sentimientos de decepción. Está claro que no estoy enamorado de él, tan siquiera sé si lo podría llegar a estar. Pero el simple hecho de verlo conectado, mirando su foto del perfil, me hace soñar con lo imposible.

Cuándo dejaré de montarme películas introduciendo a protagonistas que tan siquiera quiere aparecer de “extras” en ella? Es bueno ser gay y romántico, o por el contrario es considerado como un defecto?

Son muchas dudas las que tengo, pero la que más me incomoda, es la razón de no haber tenido la oportunidad de dejarme conocer. Para mí, es decepcionante, porque debo dar una imagen irreal de mí. Sé que llevo una máscara para que no me hagan daño, pero al mismo tiempo, cuando me la quitó, me vuelvo demasiado vulnerable y temeroso.

Ojalá un día las cosas cambien, ojalá un día encuentre alguien que quiera traspasar la barrera y tenga interés en conocerme. Mientras tanto, seguiré mi camino, sin prisa pero sin pausa.

sábado, 2 de mayo de 2009

Esforzandome por conocerme...


Miedo. Así empezó la noche. Siempre tengo la misma sensación ante un reto, que no voy a estar a la altura, y la verdad que no es por lo que piensen los demás, sino por la sensación con la que volveré a mi guarida. Pasadas las diez de la noche, decidí no prolongar más las vueltas alrededor de la manzana, y asumir el riesgo de intentar conocer nuevas personas.

Como era lógico, al principio me embargó la sensación de soledad. Un ambiente diferente, con gente variopinta, en una casa de ensueño, que lo único que conseguían era hacerme más pequeño si cabe.

Gracias al alcohol, o al dicho “de perdidos al río”, poco a poco el anfitrión se encargó de que algunos de sus invitados me viniesen a dar conversación. Se había dado cuenta que romper el hielo no es una cualidad mía. Tras unos cuantos vasos de diferentes bebidas, empecé a disfrutar realmente de la fiesta, e incluso a conocer nuevas personas.

A las once quería irme, y a la una y media, cuando volví a mirar el reloj, me di cuenta de que ya no tenía esa sensación de soledad. Mi viaje a Francia, me ha enseñado a observar, a mirar todo aquello que tengo alrededor, así como las personas, antes de dar un juicio de valor.

En concreto me quedo con unas pocas personas que verdaderamente me resultaron interesantes, y a las que por supuesto espero algún día volver a ver. No creo que sea alrededor de unas frambuesas, ni fresas tan sumamente ricas, pero mientras sea en París, seguirá siendo especial.

La noche se vio truncada a las cuatro y pico de la mañana, por los siempre “queridos” policías. A partir de ese momento, después de la multa pertinente, la gente empezó a irse a marchas forzadas. Ayudando un poco a recoger, terminamos siendo los últimos pesados en irnos.

Como si de una estrella se tratara, a la salida había tres taxis esperando a los tres que quedábamos, siendo lo más sorprendente de todo, el hecho de que fueron pagados por Mr. Martin (a quien por desgracia no conozco y no puedo agradecer dicha deferencia).

Sólo tengo un deseo, poder conseguir algún día el grado de complicidad que tuvieron mis anfitriones, lograr encontrar una persona que tenga inquietudes y miedos como yo, que me ayude y me apoye en los momentos difíciles que vendrán, pero sobretodo que consiga hacer aparecer la sonrisa y la expresión en los ojos que ayer vi en aquellas dos personas.

Para terminar, sólo una palabra. Aquí, en Francia se utiliza demasiado, a veces incluso pienso que no es valorada correctamente.

GRACIAS