sábado, 3 de abril de 2010

Living in wonderland


No, otra vez lunes! Ya está sonando de nuevo el despertador…por suerte no es el mío, es el de Matt, que rápidamente se despereza y me da un beso de buenos días. Él sabe perfectamente que yo tengo todavía quince minutos más antes de levantarme y comenzar mi jornada, pero le encanta hacerme rabiar y despertarme con mimos.

Esta semana se cumple un mes desde que comenzáramos a vivir juntos. Ya llevábamos varios meses buscando un apartamento, puesto que ambos compartíamos piso, y desde los 2 últimos meses, lo único que hacíamos era dormir juntos, o bien en su casa o en la mía. Estoy súper contento de haber empezado esta nueva etapa. Es la primera vez que siento tener a alguien verdaderamente importante en mi vida. No tanto por el físico (que sin ansias de ser prepotente, está bastante bien), sino por su manera de comprendernos. Este último mes, no ha sido tan idílico como se suponía, debido a que cuando decidimos irnos a vivir juntos, yo me impuse el objetivo de decirlo en casa. Matt no me presiono para nada en mi decisión, puesto que el, dentro de su familia, ya hacia años que habían asumido con normalidad su sexualidad.

En mi caso, la verdad es que a mi madre poco la falto para decirme el típico « ya lo sabía », y dentro de que se llevo una decepción al saberlo, me dio un abrazo que no olvidaré. Con mis hermanos, la verdad es que tuve el apoyo de los dos, desde la distancia, ya que no es que seamos precisamente uña y carne, siempre fui el mas despegado en ese aspecto. Caso aparte fue mi padre. Ya suponía que seria así, ya suponía que se pondría como una furia y comenzaría a soltar improperios por su boca. Desde entonces no he cruzado palabra con él, sé que todavía necesita más tiempo para darse cuenta de que el sexo de la persona que me hace feliz no influye en el hecho de que sigo siendo su hijo y me quiere. Supongo que todavía tendrá que pasar un tiempo más, pero ahora, ahora tengo el apoyo de mi novio. Siempre había dicho que para tener el valor de afrontar mi realidad, necesitaba un apoyo al que agarrarme en las curvas. Este apoyo siempre han sido mis padres, pero en esta aventura, eran precisamente ellos los causantes del terremoto y necesitaba sentirme reconfortado de una manera que desgraciadamente mis amigos no podían suplir.

Este fin de semana, Matt me ha dicho que vamos a hacer algo especial, que prepare mi maleta, pero que no me va a decir a donde vamos a ir. Estoy nervioso, y estamos solo a lunes, pero me hace tanta ilusión que ya empiezo a ponerlo histérico con tantas preguntas intentando adivinar el destino. Con tantos gastos de cambio de casa, la verdad es que hacía tiempo que no salíamos ni siquiera a cenar, así que esta ocasión especial seria el punto de inflexión para volver a la vida social.

Como buen francés que se precie, Matt ya está pensando en cuando hacer la « cremallière » de nuestro apartamento. Yo la verdad es que no tengo demasiadas ganas, porque me conozco, y sé que terminaré bebiendo más de lo políticamente correcto, y no soy nada fanático de despertarme un domingo tras una noche de fiesta y tener la casa patas arriba. Aun con eso, no tengo derecho a voto, ya me ha dicho que vamos a hacerlo SI o SI. Y como bien sabe él, soy incapaz de decirle que no a nada.

Dentro de unos meses, por mi cumpleaños, ya hemos comprado los billetes para ir a España, será la primera vez que vayamos juntos, y aunque de momento no se si iremos a mi ciudad para ver a mis padres, está claro que le presentare a mis amigos. Va a ser gracioso ver a éste hablando lo poco de español que he conseguido enseñarle. Pero con su sonrisa fijo que termina metiéndose en el saco a todo el mundo. Este año va a ser especial, cierto que cumplo los malditos 25, el cuarto de siglo, pero también cierto que será la primera vez que pasaré mi aniversario con pareja.

No hay comentarios: