martes, 2 de diciembre de 2008

El me eclipsó


Llevaba ya dos meses de su nueva vida, dos meses en los que aunque había intentado adaptarse a las costumbres autóctonas no lo había conseguido. Unos días se lo tomaba con más ánimo, pero otros días, su habitación se le caía encima.

La diferencia entre unos días y otros, no era la película que se pusiera antes de dormir el día anterior, ni aquellos libros que le hacían soñar, ni tan siquiera en el clima totalmente inestable en el que estaba sumido, sino la confianza en sí mismo con la que se levantaba.

La vida de Juan era caótica, nunca sabía el horario que tendría la semana siguiente, ya no sólo porque éste era susceptible a variaciones, sino porque el hecho de recibir sólo conferencias, obligaba a acomodarse a las disponibilidades de los ponentes. Lo hiciese como lo hiciese, siempre iba corriendo en el metro, quizás también lo hacía para no quedarse atrás del resto, pero siempre terminaba agotado.

A mediados de su segundo mes, pensó que había encontrado un amigo, es más, incluso se creyó todas las mentiras que le contó, terminando por comportarse de manera romántica con aquella persona a la que creía que podría llamar amigo. La realidad es que fue utilizado, se sintió como si se hubiese prostituido de manera gratuita. Este chico, le llevó a plantearse el sentido de su vida, el sentido de no ser capaz de encontrar una persona con la que compartir los días, con la que compartir momentos, e incluso por qué no, con la que compartir besos.

Para colmo de males, Juan resultaba ser empático, y cada vez que veía una película romántica, terminaba queriendo encontrar el chico de sus sueños, o simplemente deseando que por unos meses la realidad de tener un novio existiese en su vida.

Desistió, decidió que en su intento por encontrar amigos, sólo encontró personas que o bien querían acostarse con él, o que no se acordaban de las conversaciones que habían tenido el mismo día anterior. Posiblemente se equivocó al concluir que prefería seguir teniendo en la cabeza a aquel chico idealizado, para dentro de su mundo, no llevarse más decepciones.

Decidió centrarse en sus estudios, en intentar hacer bien los trabajos, así como en el transcurso de ellos mejorar las relaciones con sus compañeros. Se dijo que si no tenía amigos ni para tomar un café, que ya los tendría, y si no, por lo menos tenía claro que en su ciudad, es más, que en su país tenía personas que le querían, y que sólo quedaban 17 días para salir de fiesta por la capital a disfrutar de una noche típicamente española de diversión, quedándole después unas cuantas más para compartir con la gente de su ciudad.

Al fin y al cabo, el eclipse no dura por siempre.

1 comentario:

Oscar dijo...

Yo... no sé que decirte.

Yevo toda la manaña con tu blog en la cabeza: Lo ví por primera vez 1minuto antes de irme a clase y francamente...me asusté. Tenías una foto de un eclipse, y yo tengo otra igual de fondo de pantalla. Luego leí la primera parte del texto, y los 3 primeros párrafos coincidían al dedillo con mi vida! Con los aspectos que más en secreto más me pesan! Así que
en un principio pensé que se trataba de una broma macabra de algún amigo, pero luego reparé en que escribes desde hace tiempo. Durante unos segundos temí que fueses mi ex usando todos sus conocimientos sobre mi para embaucarme en un juego de emails y sentimientos. Estuve toda la mañana con el tema en la cabeza. Aún por encima mi teoría del ex cobraba fuerza cuando ví 3 fotos que me resultaron maquiavelicamente familiares.

Luego leí, entró la razón en torrente, y caí en la cuenta. Eras mi amigo del fotolog, ese desconocido trotamundos que despierta una extraña empetía cuando escribe sobre sus caminos :)

Me equivoco?
Sea como sea encantado de tenerte en el blog! Es precioso, y me aré adicto :)
Un beso enorme