miércoles, 3 de diciembre de 2008

El reflejo


¿Por qué las cosas no me salen bien? Es un poco incoherente empezar así, pero llevo ya unos meses en los que he perdido el rumbo, en los que verdaderamente cuando me miro al espejo veo a una persona que no soy yo. Mi reflejo está en el suelo, que es donde tengo últimamente la autoestima.

De nada me sirve compadecerme, y seguir creyendo en un mundo fantástico y espectacular donde lo que premia es hacer el bien. Me he cansado, cada uno va a su bola, cada uno no mira más que por su propio beneficio, y lo único que he conseguido hasta el momento es llevarme decepciones. No pretendo ser la mejor persona del mundo, simplemente pretendo que lo que hago se me valore, que si me esfuerzo en determinado aspecto, me gustaría recibir por lo menos cada cierto tiempo algunas palabras de ánimo.

Los días se me pasan rápidamente, y hay momentos en los que no tengo claro si los estoy desperdiciando, esperando que pase lo que sueño. Tengo que reaccionar, tengo que centrarme en lo que quiero, valorar adecuadamente cada sentimiento y cada persona que coexisten en mi cabeza.

Tengo fallos, los cuales acepto. Entre ellos que soy cabezota, y a veces mi genio acaba sacando de quicio a mis cercanos, pero al mismo tiempo, lo utilizo como máscara para evitar más decepciones. Cierto, a veces no me acuerdo de desenmascararme delante de las personas que verdaderamente me quieren y termino hiriéndolas, pero otras veces son ellas las que hacen lo mismo conmigo, ambas partes lo hacemos involuntariamente, pero el daño queda ahí.

Ahora vienen épocas tradicionalmente felices, en las que espero tener tiempo para reflexionar, lo cual no quiere decir que me vaya a quedar en casa sin salir, simplemente espero poder empezar el año con las ideas y propósitos claros. Quiero volver a ser yo, quiero volver a verme en el espejo y sentir que esa persona soy yo, volver a tener la sonrisa casi permanente en mi cara. Tengo ganas de coger el próximo tren que pase, comenzar a disfrutar de cada momento, sin ponerme metas tontas, ni hacer planes estúpidos que en mi cabeza siempre salen bien, pero que en la realidad siempre se fastidian.

Este año que empieza, va a significar muchos cambios para mí, quizás tenga que terminar de una vez mi juventud para introducirme de veras en la realidad que vivimos, en valorar lo que vale cada cosa, dejando claro que por “cosa” no considero sólo lo material, puesto que tengo claro que la soledad que me acompaña desde hace un tiempo, no va a desaparecer por muchos regalos que me hagan.

Para todos los miembros de mi familia y para mis amigos, lo único que pido es que tengan salud, que tengan confianza en sí mismos, y que tengan claro que si en algún momento necesitan alguien que los escuche, ahí estaré. Para el resto de las personas que conozco, incluso aquellas que a las que no aprecio precisamente, no les deseo nada malo, sólo que aprendan a vivir y dejar vivir. ¡Feliz Navidad y Prospero 2009!

No hay comentarios: