miércoles, 6 de mayo de 2009

Difícil de creer, pero fácil de sentir


Siento que no te he dicho toda la verdad. Y sé que no debo decírtela puesto que poco voy a conseguir más que echarte de mi lado. Cierto, si leyeses esto, alucinarías con lo que siento por ti. Sé que no te conozco, pero sé mucho más de ti de lo que tú te piensas.

Sé tu blog, sé tu facebook, sé algunas cosas de ti, pero siempre indirectamente. He visto videos tuyos, y sé que aunque no me lo hayas demostrado, eres una persona genial. Se puede ver en tu cara que eres buena persona, es más, creo que noto tu timidez, así como que no eres el típico niñato gay que lo único que busca es tener a algún chico en su cama como la mayoría de los que he encontrado en esta ciudad.

Me da miedo el mail que te he mandado, por el simple hecho de que no creo que llegues a entender la casi necesidad que tengo de conocerte, para intentar buscarte defectos que me hagan olvidarme de ti.

Y normal que quiera buscarte defectos, porque en estos momentos te has metido muy dentro de mi cabeza. Sé que es imposible, que no te conozco, y que lo único que consigo así es pasarlo mal. Pero no es del todo cierto. Sueño contigo, evidentemente no en plan sexual ni nada de eso, pero el otro día cuando te vi en la discoteca, mi corazón se puso a latir más fuerte, y un miedo increíble se apoderó de mí, un miedo irracional a parecerte insuficiente. Me gustó tu forma de bailar, en verdad en tu cara se veía que no lo estabas pasando demasiado bien, y que la música no te atraía demasiado, pero si te hubieses percatado que tenías a un chico mirándote sin parar e intentando a través de tus ojos comprender más cosas de ti…

Ayer cuando me viniste a hablar, otra vez me puse nervioso. Era la primera vez que venías a hablarme, después me di cuenta de que a lo mejor es que te llegó en ese momento el saludo que te hice en la madrugada del domingo, pero aún habiéndome dejado a la mitad de la conversación, he de decir que soñé contigo. Soñé que me abrazabas y me dejabas dormir a tu lado, y he de decir que hacía tiempo que no descansaba tan tranquilamente.

No encuentro nada positivo en el hecho de tener tantas ganas de conocerte. Me voy a ir en breve, quizás si la suerte no me acompaña, para no volver. Y aunque suene egoísta, me parecería mal enamorarme de ti, cuando posiblemente ni yo te atraiga, ni pueda darte lo que tú buscas.

Sólo quiero que sepas una cosa. Gracias. Gracias por haber aparecido en mi vida, para darme cuenta de que yo no soy una persona que pueda meterme en la cama con alguien a quien no conozco. Puede que jamás lo llegues a saber, pero gracias a ti saqué demonios de mi cabeza, y creo que me has hecho conocerme un poco más.

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