domingo, 3 de mayo de 2009

El reto de saber perder


Ya no sé que más hacer. Debe de ser que tengo pegado en la frente el cartel de “putón”. Tan siquiera me da la oportunidad de conocerme. Sólo un día conseguí tener una conversación interesante con él. Y fue interesante porque trataba de alguien importante para él, una amiga.

Evidentemente, este no es el sitio para “venderme”, es más, es que no sé hacerlo. Pero me sirve como vía de escape, donde escribir lo que pienso, lo que siento. Lo más gracioso de todo, es que sigo teniendo muchas ganas de hablar con él. No lo conozco, cierto, pero hay algo en él, en su forma de ser, que me resulta atractivo.

No negaré que es guapo, evidentemente ya me dejó claro que yo para él no lo soy, después de varias frases que me descolocaron, “no creo que te vaya a gustar”, “te pega un chico grande y musculoso”. Es cierto, es el mundo gay, el físico y el sexo están a la orden del día, y pocos muestran el interés por la persona. Soy gay, lo tengo claro, pero no por ello soy como el resto. Prueba de ello es que dentro de poco ya voy a cumplir un año sin que nadie me haya dado un beso, y aún sueño con pasear por la ribera de “la Seine” con un chico, con MI chico, hablando de cualquier cosa, pero sabiendo al mismo tiempo que será un recuerdo para toda la vida.

Poco que decir, porque todo son sentimientos de decepción. Está claro que no estoy enamorado de él, tan siquiera sé si lo podría llegar a estar. Pero el simple hecho de verlo conectado, mirando su foto del perfil, me hace soñar con lo imposible.

Cuándo dejaré de montarme películas introduciendo a protagonistas que tan siquiera quiere aparecer de “extras” en ella? Es bueno ser gay y romántico, o por el contrario es considerado como un defecto?

Son muchas dudas las que tengo, pero la que más me incomoda, es la razón de no haber tenido la oportunidad de dejarme conocer. Para mí, es decepcionante, porque debo dar una imagen irreal de mí. Sé que llevo una máscara para que no me hagan daño, pero al mismo tiempo, cuando me la quitó, me vuelvo demasiado vulnerable y temeroso.

Ojalá un día las cosas cambien, ojalá un día encuentre alguien que quiera traspasar la barrera y tenga interés en conocerme. Mientras tanto, seguiré mi camino, sin prisa pero sin pausa.

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